La tiranía de la estadística (parte I)

Borges señaló: “la democracia es el abuso de la estadística”.

Los signos de nuestro tiempos son = y %. El lazo social que hoy nos une: la postmodernidad nos impone el régimen tiránico de la estadística. El cuerpo y la vida misma son reducidas a cifras, al puro dato y nada se escapa a eso. Veamos algunos ejemplos:

• Fumar causa un 87 % de muertes por cáncer de pulmón y es responsable de la mayoría de los cánceres de laringe, de boca, esófago y vejiga.

• 70% de Tabasco está bajo el agua aseguró el Gobernador.

• La CFE dejó salir 3% del agua que se acumulo en la planicie del estado de Tabasco, asegura el director de la paraestatal.

• 25% de alumnos cambian de carrera en el primer año de estudio.

• Sólo 18% de los jóvenes profesionistas se emplean en actividades relacionadas con sus estudios.

• 39% de los jóvenes han salido alguna vez del hogar paterno; de éstos 37% han regresado a su hogar.

• 35% de los jóvenes han quedado embarazados o han embarazado a alguien.

• 6% de suicidios son juveniles.

• 50% de la población que sufre desordenes mentales en países desarrollados no reciben tratamiento.

• 85% de los que tienen desordenes mentales en países subdesarrollados no reciben tratamiento.

• 30% del comercio es bipolar.

• Según las estadísticas, la diabetes fue la sexta causa principal de muerte en el mundo.

• 3% de la población sufre los trastornos alimenticios: bulimia y anorexia.

• Según la OMS, de los 340 millones de personas en el mundo que sufren depresión, el 2.2% son mexicanos.

Robert Musil en su descomunal novela El hombre sin atributos presenta al hombre de la racionalidad científica, un hombre que ha sido cosificado y dejado vacío, sin referencias a donde remitir su vivir. Un hombre que no tiene ya ninguna particularidad, “el hombre sin atributos” es el hombre MASECA, el hombre de la masa.

Lo que la racionalidad científica introduce es la cuantificación, introduce el ser humano en los engranajes del cálculo. Esa cuantificación cotidiana cae sobre nuestros cuerpos, borra las particularidades de los cuerpos individuales para formar un nuevo cuerpo llamado población.
La palabra "estadística" procede del latín statisticum collegium ("consejo de Estado") y de su derivado italiano statista ("hombre de Estado"). El término alemán Statistik, designaba originalmente el análisis de datos del Estado, conocida como “la ciencia o aritmética política". Fue en el siglo XIX cuando el término estadística adquirió el significado de recolectar y clasificar datos precisamente ante el nacimiento de un nuevo tipo de cuerpo, un cuerpo biopolítico llamado: la población.
La estadística descompone al hombre en rasgos insignificantes, la estadística organiza aquello que la sociedad nos propone como IDEAL.

Se estipulan estándares, el estándar es la unidad de medida que sirve de modelo, norma, referencia, guía o patrón.

Con la estadística, la vida singular desaparece, se produce un pasaje obligado de lo singular a lo general, del modelo a la norma, se impone como norma de vida. Se imponen modos típicos de vivir la vida: “se debe” y “no se debe”.

Aplicar un principio lleva a engendrar modelos que tienden a imponerse como norma universal. Recordemos los estándares de calidad que fueron difundidos por la propaganda nazi. En ese régimen una vida fuera digna de vivirse requería cumplir con los estándares de la raza aria, aquellos que no cumplían con los estándares de “calidad” eran enviados a las cámaras de gas.

El estándar es un mandamiento que tiene un efecto de exclusión, quien no lo cumple, ya no pertenece al grupo que se reconoce con el estándar. Y queda fuera por ser el extraño, el rarito.

Un estándar no es sólo una convención, un acuerdo concertado entre un determinado grupo, sino un patrón de conducta.

Un nuevo imperativo categórico se abre camino: “se originalmente estándar como todo el mundo”. Hoy, el estándar es el de calidad, este es el estándar del mercado. ¿Quién es el mercado? El mercado se enoja, el mercado crece, el mercado es bipolar, el mercado sube el precio del tomate, el mercado cae, etc., etc. Pero, ¿dónde está? ¿Quién es? ¿Es Salinas Pliego? ¿Es Azcárraga? ¿Es Slim? No, ellos también se pelean por el mercado. La mano invisible del mercado solo se localiza por sus efectos. El mercado es una actividad fantasmática que opera sobre nuestros cuerpos.

Hoy, las empresas educativas, como parte del mercado, aspiran a una ofrecer una “educación de calidad” y se someten al imperio del ISO, como cualquier otra empresa que regula sus procesos de producción en serie.

El ISO 9000 es una familia de normas que establecen los requisitos de calidad que cualquier organización debe cumplir para obtener una certificación. Entre sus objetivos está el realizar un trabajo de manera uniforme, logrando siempre los mismos resultados aun cuando lo hagan personas diferentes. Las políticas de calidad orientan el comportamiento de las personas para cumplir con los estándares que se han fijado.

Todo estándar tiene un principio, así pues, preguntémonos cual es el principio del ISO.

La Organización Internacional de Normalización, cuya sigla son ISO, se derivada del griego iso que significa “igual”. Con sede en Ginebra, Suiza, tuvo su origen en la Segunda Guerra Mundial en la que se crearon más de 400 normas de emergencia, especificaciones militares muy precisas, cuyo objetivo era la estandarización de la producción y el abastecimiento del armamento.
Desde entonces ha sido la organización encargada de desarrollar y publicar estándares de calidad, facilitando así la coordinación y unificación de normas internacionales e incorporando la idea de que las prácticas pueden estandarizarse tanto para beneficiar a los productores como a los compradores de bienes y servicios. Particularmente, los estándares ISO 9000 han jugado y juegan un importante papel al promover un único estándar de calidad a nivel mundial.
La Familia de Normas ISO 9000 utilizada en más de 140 países, ofrecen especificaciones de cómo crear e implantar un Sistema de Gestión de Calidad de una organización.
ISO asegura que la producción genera productos de una calidad homogénea (sea de alta o de baja calidad) a lo largo del tiempo. Es decir, un producto de hoy ha de ser igual que un producto de ayer y lo mismo que uno de mañana.

ISO se refiere a la Calidad como “apropiado para el uso”. Y un sistema de calidad es “la planificación y sistematización de todas las actividades necesarias para llegar a un adecuado nivel de confianza”. En otras palabras: “decir lo que se hace, hacer lo que se dice, archivar lo que se hizo, comprobar los resultados y eliminar las diferencias.

La calidad se garantiza implantando controles exhaustivos asegurándose que todos los proceso que han intervenido en su fabricación opere dentro de las características revistas. La normalización es el punto de partida de la estrategia de la calidad.

El hombre normalizado, es el hombre sin atributos, con él asistimos a la muerte de lo absoluto. El absoluto es sustituido estadísticamente por lo probable y luego se organiza la persecución.

Hasta hace poco la muerte era un absoluto; hoy, por ejemplo, se persigue al fumador porque es probable estadísticamente que cause su propia muerte o la de los que le rodean.

La probabilidad se generaliza. La verdad de la estadística se convierte en absoluta.

Continuará

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